martes, agosto 22, 2006

Hero

Necesito, al menos por esta noche, un héroe de carne y hueso.
Con imperfecciones que, a mi loca manera de ver, resulten perfectas.
Un héroe que aún le tema a la oscuridad.
Uno que olvide su orgullo a la hora de mostrar las heridas y no deje vencer a mi insistencia por saber cada uno de sus secretos.
Un héroe adicto a los abismos.
Un héroe que me lleve de la mano a los lugares más oscuros que habitan en él.
Un héroe inmutable que lastime y llore, que haga que mi mundo se estremezca y que mis brazos se sientan mágicos.
Que recuerde fragancias y olvide fechas y horarios.
Que se sienta en casa en mi pecho y extranjero en la ciudad.
Un héroe que se aleja por instinto y vuelve por necesidad...
Un héroe o, quizá, sólo un hombre que sepa enamorar a este obstinado corazón condenado a un vaivén de insólitas desilusiones.

lunes, agosto 14, 2006

A usted...

Me rendí a tus pies y tus pies saltaron a otro lado.
Te mostré mi faceta más abatida, más lejos del orgullo y tu voz sólo me dió excusas.
Te regalé, tantas veces, un corazón ingenuo que tu mano sólo supo rechazar.
Te di, todo. Hice todo por tenerte, esperarte, entenderte y sólo recibí más postergaciones.
Pero ya no se puede postergar más una mentira.
Ya no puedo correr a tu encuentro, ni ser puntual, ni ponerme más bonita, ya no puedo quererte, porque mis pies se cansaron de buscarte, porque mis labios están pegados de tanto desuso.
Y sobre todo ya no puedo querer tanto a alguien que sabe querer poco.
Las desproporciones lastiman demasiado. Así, mejor, te dejo, o me dejo en paz.

viernes, agosto 04, 2006

Demoníaca

Perversa, retorcida, sofista.
Mordí fuerte los labios y la miré rabiosa, ella flotaba es un mundo hermoso, mientras yo me quemaba con el rojo -pasión- de sus zapatos.
Mis ojos sangraban con el reflejo de sus dientes irónicos, las flores de su pelo ahogaban mis pulmones.
Necesitaba desesperada una rápida y disimulada huída.
Mi capa azul seda esperaba una reacción que la sacara, por fin, de su escondite. Y así fué, la liberé y ella me refugió bajo su cuerpo del paraíso-infierno de unas fatales curvas femeninas.
Ella se viste de ángel, pero sus pupilas no actúan lo suficiente para convencer a mi paranoica vista-sentido de la credibilidad de su disfraz.
Mi olfato de perra nunca falla, su perfume no podrá hipnotizarme...no, no podrá.
Se lo dije y ella río loca, segura de vencer, segura de sus hechizos negros.
Pero va a caer su farsa, porque no existen los planes perfectos, siempre hay un improvisto y ,a veces, ese improvisto puede verse igual a mí.