Puedo ser la que carga tus maletas (siempre que vuelvas), la que se pinta la sonrisa más radiante como bienvenida.
O bien puedo ser la que te compra el boleto, la que llama el taxi y te despide de la puerta.
Puedo ser la diversión de la ciudad, la que te olvida en el momento en que traspasas la vereda. Y recordarte cada vez que llamas, nada más.
Puedo ser la calma que te rodea justo antes de quedarte dormido. La furia que te envuelve, la impotencia, la herida.
La que te abraza como si fuera el último día de sol sobre la tierra. La que perfuma tus camisas y canta Sabina.
La que regala lágrimas como suspiros, la que es feliz con tan poco.
Puedo ser la que succiona todas tus alegrías, la que te roba la sangre de una sola mordida. Puedo ser esa o muchas más.
Soy una criatura volátil que ante las sombras se vuelve perversa. Tanto como me permites...
Te digo ahora, puedo ser lo que tu luz me deja, mariposa o vampira.
Ahora elige, que el cielo nos espera.
