sábado, febrero 05, 2011

Con el corazón en las manos

A veces parece que una sola persona puede arreglarte la vida. Una sola persona frente a varias puede darte ganas de vivir, de levantarte aún cuando el viento tira en contra. Una sola persona puede lograr que tu corazón que sufre de fatiga crónica se sienta curado.
Por Dios, como me gustaría que todos los argumentos racionales me sirvan para creer que no hay una sola opción para la felicidad más plena. Reconozco, lo confieso, que soy una pendeja de mierda por esperar aún más de la vida, tengo una familia de fierro, tengo pocos amigos pero me bastan para pensar que la amistad es "eso" difícil pero posible. Lo reconozco, pero aún espero más. Espero alguien que me abrace y me haga sentir protegida, así como me sentía a los 10 años y mi viejo era toda la seguridad que soñaba. Pese a todas las palabras que recibo, escucho (a mi pesar), aún espero algo más.
Espero el amor, tal vez ellos tengan razón y soy demasiado exquisita, pero aún así sigo esperando que llegues a mi vida y que muevas la tierra en la que me apoyo, aún espero una luz que me guíe. Tal vez espero demasiado, pero apenas tengo 20 años, sino espero ahora, ¿cuándo? Decime, dame una respuesta que me calme, decime que va a estar todo bien... decime que vos también me esperas.