domingo, octubre 31, 2004

Decisiones

La vida nos colma de expectativas, de sueños, de oportunidades, también de dolor y pesadillas. Nos brinda momentos y lugares pero no decide por nosotros, simplemente nos impulsa a tomar decisiones acertadas o incorrectas, estas se vuelven indispensables para nuestro crecimiento como personas independientes del pensamiento exterior.

sábado, octubre 30, 2004

Describiendo a la felicidad

Intento aferrarme a los momentos de felicidad que recorren mi cuerpo, subiendo y bajando por la espina dorsal.
Amo esa sensación de bienestar que me regalan esas alegrías fugaces. Me invaden las ganas de saltar y correr, mariposas vuelan por mi garganta casi impidiendo a las palabras salir, quiero desaparecer en este momento, flotar por este estado.
Es tan preciada la felicidad que no hay nada que pueda comprarla, por eso la valoramos tanto y deseamos conservarla eternamente.

Victima

Ya no me satisface ser victima de tu belleza, solo obtengo una vacía y fría mirada superficial. No puedo permitirme ser presa de este ficticio y desdichado amor, si eso es lo que es esto.
No puedo intentar olvidarte si estoy modificando mi vida solo para cruzarte en mi camino.
Busco mentiras que traigan una razón para no dejarte en mi pasado, pero mi lógica dice que hallarlas no serviría de nada, si de una forma enferma e ignorante me gusta quererte, destruyendo así mis descansos y viviendo un insomnio que hace eternas mis noches, provocando desesperación y demencia.
Busco paz y solo consigo preguntas sin respuestas, nocivo sentimiento que perturba mi sensatez, causando dolor y pérdida de momentos que jamás volverán a traspasar el umbral de las oportunidades.
Únicos en el mundo, sentimientos inimaginables, envueltos en fantasías, en algún perverso minuto la pureza de este sentir se desvaneció al igual que la certeza de que mis pensamientos sean verdaderos. Llego a la dolorosa conclusión de que tarde o temprano la putrefacción de la sociedad golpea las puertas de mi mente, trato de impedirlo pero es muy difícil de lograr, casi imposible y penetra como una espina en mi piel, permaneciendo, pero con la posibilidad de desaparecer.
Por instantes mi mente pierde su decencia, pero la descubro virgen, oculta en algún rincón de mí cabeza, suspiro, regalando mis preocupaciones a la atmósfera, sintiéndome limpia.
Vuelvo a nacer en la luz de la mañana… las sombras que me acompañaron en la noche se desvanecen y me rescato tibia entre las sábanas y el colchón.