viernes, enero 31, 2014

La culpa es mía...
Por haberte dejado entrar tan adentro o empujarte hacía mí.
La culpa es mía,
de extrañarte tanto que ya ni siquiera tiene sentido
(aunque nunca necesité que las causas y los efectos fueran correspondidos)
La culpa es mía,
de estas ganas de mirarte y perderme en tus ojos
porque es ahí donde puedo sumergirme tranquila.
La culpa es mía,
de querer darte este amor
cuando estás tan lejos.
La culpa es mía,
de pegar mi deseo a vos
y de pretender que hagas lo mismo
o de que, por lo menos,  lo sepas recibir.
La culpa es mía,
de estas pseudo-intenciones de soltarte
aunque me quemen las ilusiones de que me abraces intenso.
La culpa es mía,
tan mía, que no puedo echarte al carajo
porque no sepas -o no quieras- hacerme bien.

Y te espero aunque confiese que la culpa es mía...

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