sábado, agosto 27, 2005

Tus alas..

John siempre fué un alma libre.
Cuando quebró sus alas idealizadas, estas se volvieron de carne, se corporizaron. El no lloró, solo se quedó mirando el infinito.
Una hora después golpeó tres veces su cabeza contra la pared, me clavó su mirada psicótica y me gritó que la vida es una mierda. Traté de consolarlo, lo acaricié mientras su cara se deformaba ante tantos pensamientos agobiantes. Luego se tiró al piso y me estrecho la mano, arrastrándome junto a él, apoyo su cabeza sobre mi hombro y mientras olía mi cuello me explico que hay noches como estas en las que debería dejarlo solo, que el insomnio le sirve para recapacitar lo que no debe olvidar. Lo mire dulcemente y lo besé, el sonrío y me dijo que no tenía que malacostumbrarlo a que en cada crisis estaría yo.
El pretendía no necesitarme, solo se notaba que me extrañaba.
Nos acostamos en su cama y en silencio mientras le acariciaba la mano se quedo dormido, pacíficamente dormido.

1 comentario:

Ernesto dijo...

Hola Ana, felicidades por tu blog ¿podemos intercambiar links?