Viviendo la euforia del recital, supe que hay miles de sensaciones que hasta ayer desconocía.
Disfrutando la buena música pensé en las cosas por venir y decidí no pensar más, solo disfrutar.
Los momentos no se repiten y ya desperdicie demasiados por mi inmadurez…
Unidos por las ganas de pasar un buen momento la multitud se entendió y se unió en una masa fiestera que saltaba y cantaba a coro…
Yo me pregunto ¿acaso la vida no es una fiesta por momentos mala y por otros demasiada buena?
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