Soñé que corrías de mi mano por un inmenso bosque vestido de verde. Soñé que tus labios, portales del placer, me rozaban suavemente. Te escuche cantar melodías creadas solo para mí, te miraba una y otra vez, como si quisiera recordar por siempre tu rostro. Pensé que te quedarías conmigo hasta que olvides la forma de quererme pero al despertar ya no estabas, y yo recordé haberme acostado hace un par de horas.
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